Joshy Castillo
Tengo meses de escuchar y ver en los medios de comunicación a los diferentes protagonistas del enredo político nacional. Sin embargo después de escuchar a la Dra. Alba Luz Ramos y al Magistrado (no se si legalmente todavía lo es) Roberto Rivas, sentí que este país necesita otra revolución como dijo hace poco un ex-Comandante Guerrillero.
La alta investidura de doña Alba Luz debería de ser motivo más que suficiente para que cuide su lenguaje cada vez que habla. Los miembros de las Cortes de Justicias del mundo son como seres de otro planeta, excepcionales, con grandes calificaciones académicas, morales, qué pensaran los familiares de doña Alba Luz al oírla tan amenazante en contra de una persona, sea quien sea la otra persona.
Y del Magistrado (?) Rivas que podemos decir. Asistirá a misa todos los domingos don Roberto?. Porque si es así, se buscó, después de su perorata del otro día, un regaño papal. Quién será el líder espiritual de don Roberto?. No quiero imaginármelo.
El escenario político se torna gris para los próximos meses en este empobrecido país. Giramos alrededor de las figuras de siempre, algo a lo que el orteguismo ha apostado: Montealegre, Alemán, Rizo, hasta cadáveres políticos como Alfredo César han resucitado para dejar escuchar sus “opiniones” en esta maraña que se avecina de las elecciones.
El otro día hacíamos un análisis entre varias amigas y llegamos a la conclusión de que existen figuras excelentes, inteligentes, capaces, brillantes, profesionales en este país, capaz de dirigir los destinos de esta nación; pero para conveniencia de estos políticos tradicionales, prefieren seguir trabajando eficientemente antes de estrellarse contra una maquinaria roji-negra que lleva todas las de ganar.
Mujeres como Karen Molina, Directora del FOMAV que ha hecho un excelente trabajo en las carreteras a nivel nacional, el científico Jorge Huete en el Centro Biomolecular de la UCA, Carolina López, joven emprendedora con una empresa ejemplo en Centroamérica, la Dra. Asunción Moreno, catedrática brillante de la UCA, Álvaro Porta de la Universidad Americana, Raúl Amador, ex-dirigente estudiantil de los 80 y ahora próspero empresario joven, Enrique Zamora, empresario turístico, emprendedor, entusiasta, padre de familia, esposo ejemplar y tengo 24 nombres mas donde escoger. Todos y todas podrían ser mejores diputados y candidatos a Presidente que lo que tenemos ahorita. El problema es como dice Dora María Téllez, “somos como los cangrejos dentro del balde, cuando llegamos arriba, los de abajo te jalan para que no salgas”.
Las nicaragüenses y los nicaragüenses tenemos la obligación de hacer algo por este país, sobre todo los jóvenes. No permitamos que la inercia se acomode entre nuestros huesos y permitamos que el cáncer del yoquepierdismo nos carcoma. El orteguismo no duerme, no descansa, trama todos los días, las 24 horas, pregúntele al sexagenario comandante que casi no duerme.
Dejemos ese concepto del “mal menor”, “ni modo”, “en este palo nos ahorcamos”. Así seguirán los Ortega, los Rivas, los Alemán, los Ramos, los Solís, “per secula seculorum”. No permitamos intrusiones foráneas como las del Sub-Secretario Valenzuela. Somos los y las nicaragüenses quienes debemos decidir y decir que queremos los mejores hijos e hijas de esta nación para dirigir nuestros destinos. No son seis invitados, que siempre aparecen en los medios de comunicación, quienes lo resolverán.
Más de cinco millones de almas, estoy segura, queremos un mejor futuro para nuestros hijos y nuestros nietos, no uno confiscado por un grupito.
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