lunes, 10 de marzo de 2014

A esta edad

A esta edad…. A esta edad puedo hacer muchas cosas que están permitidas. Por ejemplo, puedo correr desnudas por las callles alegando “locura temprana” o “senilidad prematura”. Lo peor que puede ocurrir es que la Policía me detenga y se apiaden de “esta señora loca que por allí le entro” y me devuelvan a mi casa envuelta en algún trapo viejo que encontraron tirado en la parte de atrás de vehículo policial. También podría declararme en rebeldía permanente y convertirme en la mayor critica al gobierno. Al final no soy nadie influyente por el que “la señora” y el “eterno presidente” vayan a perder el sueño. Puedo poner el volumen de mi música en lomas alto y cantar con las ventanas debajo de mi carro. Lo mas que puedo provocar es algo contagioso y que el resto de los mirones u oyentes hagan lo mismo. Puedo vestirme como quiera: chingo, largo, negro o colores. Lo más que puedo sacarme es un chismerío alegando que “soy una vieja ridícula” o que ando detrás de algún chavalo. A esta edad tengo tantas cosas permitidas. Me permito entristecerme por la injusticias , llorar con motivo, ir a la playa con los amigos, opinar, escribir, leer, cantar a gritos, tirarme las carcajadas mas ruidosas del mundo, beber una cerveza bien helada, disfrutar de la familia y los amigos. No me permito callar ante los abusos y las injusticias, resentimientos, malos sentimientos, la mentira, la hipocresía, el egoísmo, la mezquindad, la falta de solidaridad. He visto pasar la moda, pase del negro al blanco y de este a los colores. Volví al blanco y allí me quede. Descubrí el gusto por la soledad, el control de la televisión y Sherlock. Me convencí de lo que no debemos tener en nuestras vidas: la gente que te hace sufrir, los que no evolucionan y los que no valoran la amistad. Descubrí que me quiero mas cada día. Pero no me restrinjo de nada: un buen nacatamal, un Rojita bien helada o un chocolate antes de acostarme. Soy feliz. Lloro de gusto, de los buenos y malos recuerdos aunque estos últimos están archivados al final del disco duro bajo una contraseña de varios digitos. Disfruto de una buena película y de una buena charla. Me hago amiga de los y las jóvenes, son mi dosis de energía y optimismo, no todo está perdido. A esta edad puedo decir con mucho gusto, cuanto he vivido y cuanto me falta por vivir.